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Equidad. Universalidad. Justicia. La visión de la jueza Hohoff

Dra. Ute Hohoff: candidata alemana a las elecciones judiciales de la CPI, © ARTIS - Uli Deck

Tengo la firme convicción de que los grandes crímenes que afectan a la comunidad internacional en su conjunto tienen que ser enjuiciados con determinación. Llevar ante la justicia a los perpetradores de tales crímenes es una parte esencial para asegurar que los derechos humanos fundamentales sean respetados en todo el mundo. Asimismo, las decisiones de los tribunales constituyen un reconocimiento oficial de la verdad histórica de que se han cometido crímenes y de que las víctimas han sufrido un daño. Por tanto, requerimos de una Corte Penal Internacional (CPI) cuyos métodos y decisiones cuenten con una amplia aceptación. Los procedimientos deben ser llevados de forma justa y eficiente. Las decisiones de la CPI deberían ser razonadas de manera clara y convincente. Por último, y muy importante, los procedimientos de la CPI han de cumplir con el principio de la igualdad ante la ley.
El principio de la igualdad ante la ley es esencial para la aceptación y el reconocimiento de la CPI.
Personalmente valoro la labor de la CPI no solo en cuanto a los juicios penales y de hacer rendir cuentas a las personas por sus crímenes, sino también por su ambicioso sistema de reparaciones por los daños causados; un sistema que tiene en cuenta el carácter especial de los crímenes fundamentales que se resuelven en la Corte.
La CPI apoya y fortalece el carácter universal de los derechos humanos.
Cuando inicié mi carrera profesional ya había desarrollado un interés particular hacia el crimen orquestado por el Estado y la macrocriminalidad en general. El tema de mi tesis doctoral fue el enjuiciamiento de jueces y fiscales de la antigua RDA que fueron acusados de perversión de la justicia tras la caída del Muro de Berlín. En este contexto, me dediqué a nivel académico a la independencia de la justicia y la ética judicial.
Valoro los juicios de la CPI por su propósito de establecer la verdad histórica y de impartir justicia.
Estoy comprometida con los objetivos del derecho penal internacional y con la CPI y no tengo responsabilidades para con ningún Estado concreto ni estoy vinculada a intereses específicos algunos. Mi objeto es lograr comprender detalladamente cada uno de los casos y su trasfondo que lleguen a la corte. Soy consciente de las altas expectativas respecto a la labor de las juezas y los jueces y de la ética inherente a mi función. Si soy elegida para este distinguido cargo, realizaré mis tareas con compromiso y dedicación.